Cada proyecto de desarrollo de software es diferente, por lo que la forma en la que se aborda o se gestiona no necesariamente debe ser la misma. Algunas de las opciones que tenemos es utilizando la forma tradicional o clásica o bien gestionarlo en forma ágil. En la gestión clásica planeamos en base a supuestos, contamos con requerimientos claros que nos permiten hacer una estimación del trabajo a realizar, así como calcular los costos en los que se incurrirán. El cliente tiene claro lo que necesita. De forma ágil, lo que tenemos claro es que el usuario cuenta un presupuesto, un tiempo y los requerimientos son poco claros. En este caso lo que estimamos es la cantidad de trabajo (requerimientos) que podremos realizar con ese presupuesto y tiempo. El cliente tiene una idea de lo que quiere. Quizá suene un poco extraño y difícil de entrarle a un proyecto en forma ágil pero si consideramos que lo que se busca es entregar valor, estaremos trabajando primeramente en el 20% de funcionalidad que aporta el 80% del valor del producto. El punto aquí es que, aun cuando no tenemos requerimientos claros, intentamos hacer un plan para el proyecto. Difícil, ¿No?. Hay que considerar también la opción de trabajar en forma ágil para gestionar nuestros proyectos.
Clásico o Ágil
23.08.13 03:39 PM