El estimado no es la meta, es solo el punto de partida

15.05.25 10:21 AM - Por Proyectos

Es un hecho: no conocemos todos los elementos al inicio de un proyecto. Los estimados que incluimos en la propuesta inicial se basan en la información disponible en ese momento y tienen, por tanto, un grado de incertidumbre. Su cumplimiento dependerá de varios factores, entre ellos, cuánto conocemos nuestra propia organización y qué tanto aprovechamos la experiencia previa.


Sin embargo, el estimado no debe ser una referencia estática. A medida que el proyecto avanza y se obtiene mayor claridad sobre los requerimientos, restricciones y capacidades del equipo, es posible —y recomendable— ajustar y refinar esos estimados. En el peor de los casos, al menos deberíamos validar el estimado anterior con los datos actuales.


Existen momentos clave para revisar y actualizar los estimados, como al concluir el levantamiento de requerimientos o al finalizar el diseño. Si el proyecto incluye una etapa de factibilidad, ese también puede ser un buen momento para generar una primera estimación más informada.


Lo importante es planificar desde el inicio qué estimaciones se realizarán a lo largo del proyecto, en qué momentos y con qué metodología. Además, utilizar métricas relacionadas con los estimados es fundamental para generar aprendizaje. Analizar las desviaciones entre lo estimado y lo realmente ejecutado —ya sea contra la propuesta inicial, la estimación de requerimientos o la de diseño— nos ayuda a entender nuestra capacidad de predicción y a mejorar continuamente nuestras prácticas de estimación.