Hacia el final de un proyecto de desarrollo de software estamos con los tiempos en contra de nosotros, nos esforzamos por cumplir con el tiempo, funcionalidad y si se puede con la calidad, lo que nos genera un desgaste tremendo. La realidad es que lo resolvemos como dicen a “fuerza bruta”, con puro corazón. Después de varios proyectos ya el ánimo no es el mejor y nos preguntamos: ¿Por qué cada vez tenemos que pasar por lo mismo?, algo que dijimos que ya no sucedería. ¿Qué fue lo que no vimos?
Es claro que cuando estimamos lo hacemos con poca información disponible, nuestro proceso de recopilación de información no es muy efectivo o no le dedicamos el tiempo suficiente, es común también, que no conocemos quién hará el proyecto, desconocemos las capacidades de la organización. No siempre conocemos la tecnología en la que se implementará el proyecto. A lo anterior le podemos añadir un proceso de desarrollo inmaduro,que en las primeras semanas de ejecución vemos al estimado alejarse rápidamente. Por ultimo, nuestro proceso de estimación es deficiente dado que no consideramos muchos factores, como los mencionados anteriormente.